sábado, 19 de octubre de 2013

Garabato sin titular.

La paz se va, los versos se quedan.
La paz se va, los besos se quedan.
Los dioses pintan las mañanas.
Los atroces destinos morirán mañana.
No hay destino,
creerlo sería desatino,
uno no sabe dónde terminan sus versos.
No hay poesía
en estos versos cansados,
solo hay recuerdos,
y uno que otro ser humano empapado.

Por estos rumbos, a estas horas.

Por estos rumbos, específicamente a estas horas, te recuerdo tan vívidamente como al té  de la mañana o las hojas secas que pisé de camino a casa. No es por algún anhelo insatisfecho, es porque ya no me duele, ni me duele recordar tu sonrisa que me partía los días y secaba mis noches, no me duele recordar mis ojos llorosos mientras se me rompía el corazón. Así es, ya no me duele lo que hiciste. 
Aprendí que renegar de nuestras desdichas es renegar de la existencia misma de este momento, que renegar de ti sería también renegar de los besos sin sal que hoy ella me dará. Y que si un día ella también, como tú, se encuentra lejos y feliz, y yo desdichado y vivo, estaré feliz de haberlas conocido y seguir vivo y buscando. Pero hoy eso no importa, porque mis días están llenos de su aroma, de sus besos y  sus caricias, y, sobretodo, que en ella no hay rastro de ti. Que genuinamente tiene mi amor, y que tú ahora eres sólo una nostalgia otoñal.

lunes, 15 de julio de 2013

Tesoros.

¿Dónde se guarda uno los besos que sólo pudieron sonar a la distancia? ¿Dónde se guarda uno las caricias que son para una piel específica? ¿Dónde se guarda uno el brillo en los ojos al recordar su sonrisa?

Tesoros, nostalgias, costras. Besos, caricias, mordidas.

El momento llega a ser hasta sagrado, ese momento donde la tienes al alcance de un beso. Lo revives una y otra vez en su ausencia, quizás no el beso, quizás no las manos juntas, quizás no la agitación en el pecho, sino la parte divina: ella.

¿Y qué es un momento? Mejor no corramos por ahí, o terminaremos más jodidos.

¿Cómo permites, al darte cuenta, que una mujer tenga poder sobre tu perdición y tu aparente salvación?  Porque un beso podría mantenerte cuerdo, o zafarte y salvarte, o mandarte al infierno.

Mis únicos tesoros son tus miradas que me hacen sentir seguro en este universo destinado a la muerte.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Aquel chico te amará por siempre.

Me dijiste que me amabas y al cerrar los ojos, confiando en tu amor, escapaste. Me dejaste tan vacío como nunca lo había estado; el desorden, el desdén, la autodestrucción y la insensibilidad, también.

No podía permitirme seguirte sintiendo en la punta de los dedos. Un tiempo después ya no te sentía a ti, pero tampoco a ellas. A nadie. Aún te adueñabas de mi piel, aùn cada célula te esperaba, aún te adueñabas de mis pesadillas, aún, en extrañas, buscaba tu mirada.

¿Recuerdas a aquel, el que era yo, que tanto te amaba?
Aquel te sigue amando.
Aquel chico te amará por siempre.

Pero ya no somos aquellos. Y hoy que puedo sentir el viento, lo último que queda de ti es este reclamo, tan parecido a una confesión.

martes, 8 de enero de 2013

Esta noche.

Esta noche busco en mi saliva tus sabores, en mi cama algún aroma que ayude a la vivacidad de este recuerdo, en el espejo tu figura, creyendo, que como en mis ojos, se quedó impresa.

Te busco para sentirte tan magnifica como eres y mi mente no alcanza a rehacerte. Porque eres aún mejor que mis recuerdos, que mis fantasías, que mis atrevimientos de noches de ausencia.

Y en esta noche de ausencia lo que busco son tus manos, dulces en mi piel, tus labios, con besos dentro de tus besos, místicos fractales. Te busco entera, delineando en el aire tus bordes, como una playa, y me doy cuenta que eres una playa; una puerta al infinito. Te busco tierna, al mirarme ruborizada. Te busco sensual, el mirarme mordiendo tus labios y acercando tu cuerpo. Te busco amorosa, con tus piernas vistiéndome, con tu cuerpo placentero, con tus labios de miel de pecado. Te busco en la confusión del placer y el amor de un orgasmo, de tu sexo y el mio siendo sólo el medio para amar, "amar es lo escencial".

Y al encontrarte... el amor nos hará.